La Amazonía brasileña concentra el 72,5 % de toda la extracción minera del país, con las reservas ambientales e indígenas como las más afectadas. La actividad -que creció seis veces en 35 años- se extendía en 2020 por 206.000 hectáreas, un área equivalente a más de dos veces Berlín.
De toda la actividad extractiva que se lleva a cabo en la mayor selva tropical del planeta, la minería ilegal, conocida en Brasil como “garimpo”, representa el 67,6 % y es practicada principalmente en áreas de conservación ambiental, donde las extracciones aumentaron más del 300 % en la última década, según un estudio de la organización Mapbiomas divulgado este lunes.