Solo el 23% de los trabajadores tiene 44 años o menos. Las bajas posibilidades de conseguir ingresos fijos ahuyentan a la fuerza laboral juvenil.
Menos del 8% de los trabajadores en el campo ecuatoriano tiene 34 años o menos. Si se amplía el espectro hasta los 44 años, el porcentaje sube al 23%. Según la última Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), las zonas rurales están cada vez más despobladas de la fuerza laboral más joven.
Así, las labores cotidianas quedan sobre las espaldas, en el 44,89% de los casos, de personas de 45 a 64 años; mientras otro 31,07% queda bajo la responsabilidad de trabajadores de la tercera edad (65 años o más) sin jubilación ni ningún tipo de ingresos fijos.
Raúl Pilastra (22 años) migró a Quito desde su pueblito en Cotopaxi, porque las oportunidades en el campo son muy escasas. Sus ingresos eran incluso más bajos que en la informalidad dentro de las grandes ciudades.
“Se quedaron mis papás que ya están viejitos, pero tienen su terrenito para sacar algo, aunque sea para sobrevivir. En Quito he hecho de todo. Ahora estoy vendiendo cositas en la calle y haciendo uno que otro trabajo en la construcción”, puntualizó.
Pilastra es uno de los tantos jóvenes que huyen de la precariedad del campo, pero pasan a engrosar las filas de la informalidad citadina, que pasó del 44% a más del 70% en los últimos 10 años.
Solo 10% tiene remuneración permanente
La producción agrícola genera cada año alrededor de $14.000 millones de riqueza o del llamado Valor Agregado Bruto (VAB), a través de 17 sectores que se dedican al cultivo, procesamiento de alimentos y, sobre todo, la exportación agroalimentaria. A pesar de esto, la pobreza llega, en promedio, a más del 42% en todo el país y más del 60% en varias zonas rurales de la Sierra centro y la Amazonía.
Angélica Angulo, ingeniera agrónoma, explicó que esta situación demuestra que no existe una relación entre el aporte del agro a la economía nacional y la mejora de sus condiciones de vida de sus habitantes.
“Ningún Gobierno ha entendido al agro ecuatoriano. Siempre se ofrecen soluciones parche cuando estalla algún conflicto, como el de ahora con los bananeros; pero se hace muy poco para que mejore realmente el crédito y los productores pequeños puedan acceder a tecnología y asistencia técnica”, puntualizó.
De acuerdo con el INEC, solo el 10,17% de los trabajadores consigue una remuneración o ingreso permanente; mientras otro 25,9% genera recursos ocasionales, pero muy inestables. El restante 64% tiene actividades de autoconsumo y subsistencia.
Este escenario impulsa la salida de los más jóvenes de las zonas rurales, no solo hacia las grandes ciudades ecuatorianas, sino también hacia la migración a otros países. En 2021, se vio una escalada en la cifra de migrantes, y de detenciones en fronteras como la de Estados Unidos.
Además, el año pasado, con un monto de $4.362,6 millones, se rompió el récord histórico de las remesas llegadas a Ecuador. (JS)
Baja inversión en productividad agrícola
De acuerdo con el informe ‘Políticas de Apoyo a la Agricultura en América Latina y el Caribe’, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ecuador invierte cada año un 0,6% de su Producto Interno Bruto (PIB) en el fomento de la actividad agropecuaria.
Este porcentaje está muy por debajo de lo invertido en nuestros vecinos Perú y Colombia, que llegan cerca del 3% del PIB.
Si se valora la inversión como porcentaje del PIB agrícola, es decir de la riqueza que genera cada año el sector, el país vuelve a ubicarse en los últimos lugares de la región. Mientras México y Costa Rica destinan más del 11%, o Perú más del 27%; Ecuador solo invierte el 5,66%.
Países como Holanda, con menos superficie cultivable y menores ventajas climáticas, genera hasta 10 veces más exportaciones agroalimentarias, porque no solo ha impulsado el financiamiento a los productores; sino que ha invertido en la tecnificación y la asesoría de la mano de las universidades.
Zonas de cultivos
Detalles del sector
- En Ecuador se registran 2,3 millones de hectáreas cultivadas. De ese total, 1,42 millones son para cultivos permanentes.
- Los cultivos transitorios ocupan 841.000 hectáreas.
- Los cultivos permanentes representan el 26,92 % de la superficie de labor agropecuaria.
- Los cultivos permanentes de mayor volumen de producción son: caña de azúcar, banano y palma africana.
- La superficie total cosechada de papa fue de 19.088 hectáreas.
- La superficie cosechada de flores suma 6.960 hectáreas.
Fuente: La Hora
