Por cada 10 centavos menos en el precio de venta al consumidor el impacto sería de $ 111 millones anuales por las gasolinas y de $ 115 millones por el diésel.
Una baja de las gasolinas de $ 2,55 a $ 2,10 (45 centavos menos) y del diésel de $ 1,90 a $ 1,50 (40 centavos menos) como lo pide la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) -dentro de su listado de 10 pedidos- podría llegar a costar al país en un año $ 1.047 millones, un aproximado de $ 87,26 millones al mes. Así lo revela el Ministerio de Economía y Finanzas, para demostrar la dimensión del millonario pedido y, por tanto, también su inviabilidad.
El cálculo se obtiene porque por cada 10 centavos de caída en el precio de venta al público, el impacto sería de $ 111 millones anuales para las gasolinas y de $115 millones para el diésel. En conjunto serían $ 226 millones anuales, indica el Ministerio al ser consultados sobre estos costos.
El cálculo se obtiene porque por cada 10 centavos de caída en el precio de venta al público, el impacto sería de $ 111 millones anuales para las gasolinas y de $115 millones para el diésel. En conjunto serían $ 226 millones anuales, indica el Ministerio al ser consultados sobre estos costos.
Se le pide a Iza que considere que los subsidios asumidos por el Gobierno para la ciudadanía desde octubre del 2021 a mayo del 2022 alcanzaron $ 1.500 millones y asegura que se mantendrá el congelamiento tanto para las gasolinas, el diésel y el gas de uso doméstico.
Efectivamente, en octubre del 2021, el presidente Lasso eliminó el sistema de bandas que permitía el incremento paulatino de la gasolina regular en 5 % y del diésel en 3 %, todo atado a los precios internacionales. En este sentido, los combustibles se fueron incrementando de manera importante en relación con lo que pasaba a nivel mundial. Sin embargo, tras presiones de la propia Conaie se congelaron los precios. Si las bandas hubiesen seguido funcionando, los precios estarían mucho más altos.
También indicaba que si se compara el precio de las gasolinas a nivel regional, la de Ecuador es una de las más bajas, tomando en cuenta que el promedio de la gasolina regular es de $ 4,50.
La Cámara de Distribuidores de Derivados de Combustibles (Camddepe) considera que los subsidios generalizados no son una buena opción para ningún gobierno. El director ejecutivo de la Camddepe, Oswaldo Erazo, asegura que bajar el precio de la gasolina de $ 2,55 a $ 2,10 representaría en números gruesos un incremento al subsidio de $ 540 millones. Esto porque el consumo de este tipo de gasolina es de 1.200 millones de galones al año. Entre tanto, la propuesta de bajar de $ 1,90 a $ 1,50 el diésel significaría unos $ 400 millones extras de subsidio si se toma en cuenta que el consumo es de 1.000 millones de galones. En este sentido, el Gobierno requeriría unos $ 940 millones para cubrir esta demanda.