La institución celebró el acuerdo del Gobierno con el movimiento indígena que terminó con el paro nacional.
La Defensoría del Pueblo celebró el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y el movimiento indígena que terminó con 18 días de paralizaciones a escala nacional.
No obstante, lamentó que durante este tiempo quedó en evidencia la polarización de la sociedad ecuatoriana, el ahondamiento del conflicto de clases sociales, y el aumento de la aporofobia (fobia a las personas pobre o desfavorecidas) y el racismo.
“Ecuador experimentó uno de sus procesos sociales más críticos”, por el cual se perdieron vidas humanas y se produjeron actos de violencia, señala un comunicado suscrito por el defensor (e) César Córdova.
Córdova destacó que el “Estado ecuatoriano tiene una deuda histórica con con los pueblos y nacionalidades indígenas, quienes todavía forman parte de los sectores de la sociedad con los niveles más bajos de acceso y ejercicio al respecto de los derechos humanos en el país”.