Los productores buscan aprovechar los altos precios de la fruta a nivel internacional que llegan hasta $ 13 por caja y no firmar contratos por $ 6,50.
Poco menos de un mes y medio duró la ‘luna de miel’ entre productores y exportadores de banano que el 19 de septiembre pasado llegaron, por primera vez en siete años, a un consenso para fijar el precio de la caja de la fruta, de 43 libras, en $ 6,50 para el 2023.
Uno de los compromisos acordados entre ambas partes era que durante el último trimestre del 2022 se firmen los contratos, o por lo menos la mayoría, para la exportación de la fruta para todo el periodo 2023.
Otro acuerdo es que durante el próximo año no se pague menos del precio de sustentación. Sin embargo, una vez que en octubre empezaron los acercamientos con los mercados internacionales para firmar los contratos de la fruta, productores y exportadores vuelven a tener roces.
Esto, en medio de un panorama no tan alentador para las exportaciones de la fruta, que de enero a septiembre de este año se ubicaron en 256,59 millones de cajas, el -8,98 % menos a lo exportado en el mismo periodo del 2021, según cifras de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano del Ecuador (Acorbanec).
Las negociaciones con los compradores internacionales para la firma de contratos, según Richard Salazar, director ejecutivo de Acorbanec, avanzan con normalidad.
“Nuestros socios ya han sostenido varias reuniones con los compradores físicamente, tanto en Europa y otros mercados como acá en Ecuador. Están negociando primero los contratos con navieras e importadores para ya cerrar con exportadores en Ecuador. Pero va avanzando como siempre”, sostiene Salazar, quien espera que se firme el acuerdo ministerial con los precios acordados en la mesa de negociación para empezar a suscribir los contratos. Sin embargo, reconoce que existen problemas en lo interno que podrían trastocar los planes.
Indica que, según un sondeo con sus socios, la mayoría de los productores no están dispuestos a firmar contratos o solo firmar hasta por el 50 % para la diferencia venderla con precio spot debido a que los precios están muy altos.
“Eso pone en aprietos a la comercialización debido a que las autoridades llaman a cumplir la Ley de Banano, caduca a mi entender porque no se ajusta a la realidad del negocio bananero, pero no se cumple en función de los intereses de cada actor”, reclama Salazar.