Luis Alonso subió fotos a Facebook, pero Yoeldis Rodríguez solo revisó portales nacionales debido al precio «astronómico» con que debutaron este martes las nuevas salas públicas de internet en Cuba, donde las conexiones a la red en los hogares están restringidas.
«Pude acceder al Facebook, bajar música (…), pude chatear con mi familia en Italia», dijo Alonso, estudiante de 18 años, en una de las nuevas 118 salas de conexión a internet abiertas en uno de los países latinoamericanos con menor cobertura de la red mundial.
«Lo que más trabajo me dio fue subir las fotos al Facebook, perece que tenían un tamaño demasiado grande», declaró Alonso.
Esta sala, instalada en un local comercial de la empresa estatal de telecomunicaciones Etecsa en el emblemático edificio Focsa de La Habana, cuenta con nueve computadoras y las conexiones son de alta velocidad (dos mega), algo no habitual en la isla.
Esta mañana la sala estaba en silencio -algo poco usual en un lugar público cubano- mientras los internautas, con signos de timidez, ingresaban a redes sociales como Twitter y Facebook, leían periódicos extranjeros o miraban videos en Youtube. De siete usuarios, cinco eran cubanos jóvenes y los otros eran un empresario alemán y una periodista española residentes en Cuba.
Algunos se sintieron intimidados al comprar la tarjeta de acceso porque debían mostrar su cédula de identidad, lo mismo que para contratar una cuenta permanente, trámite que demora unos 10 minutos.
Pero una vez conectados podían ingresar a todo tipo de sitios web sin ninguna censura, incluso a diarios y portales anticastristas de Miami, comprobaron periodistas de la AFP.
Hasta ahora solo existían lentas conexiones a internet en los hoteles cubanos, que costaban de 7 a 10 dólares la hora. La tarifa en las nuevas salas es de 4,5 dólares la hora, pero resulta cara para los habitantes de un país donde el salario promedio es de 20 dólares al mes.
Se paga menos si se usa únicamente el correo electrónico cubano (1,50 dólares la hora) o sólo se visita la «intranet cubana», formada por portales nacionales (60 centavos la hora). Esto último hizo Yoeldis Rodríguez, de 34 años, empleado del Instituto Cubano de Radio y Televisión.
«El precio es astronómico. El Estado ha explicado que necesita recuperar la inversión que hizo, pero a efectos del ciudadano común es impagable, sobre todo la navegación internacional, que en cuatro horas cubriría el salario promedio de un ciudadano cubano», declaró Rodríguez.
Pese a las tarifas, Rodríguez cree que estas nuevas salas son un «avance».
«Es un avance desde el punto de vista de que antes no las había, de alguna manera hay que decir que es una nueva posibilidad de acceso; ahora la magnitud del avance sería tema de discusión», expresó.