Enfrentamientos entre policías y manifestantes, que apoyan al destituido presidente Pedro Castillo, dejaron al menos 17 personas fallecidas en el sur de Perú.
Los revoltosos exigen la liberación de Castillo, la renuncia del actual gobierno, y un inmediato llamado a nuevas elecciones.
Los motines ocurrieron cerca del aeropuerto de la ciudad de Juliaca, en el departamento de Puno, cuando una marcha intentó tomarse el lugar a la fuerza.
La destitución y arresto del ex mandatario desató una ola de violencia en varios puntos del país, que deja hasta ahora 39 muertes. A esta cifra se suman otros 7 decesos, por accidentes de tránsito vinculados a los bloqueos ocurridos durante las manifestaciones.
Castillo, actualmente encarcelado, enfrenta un juicio por el delito de rebelión. Analistas afirman que sus allegados estarían financiando las protestas, para tratar de evitar su procesamiento.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, declaró el estado de emergencia en el sur del país. Pero cada vez más sectores piden que renuncie y acelere el llamado a elecciones, debido a la poca fuerza política que tiene para gobernar.
